Sonambulismo

No se rompen mis manos, se van doblando.
Mis manos de papel translúcido que ya nada soportan.
Que cae el plomo de tu corazón y no puedo sostenerlo.
Se me doblan, cuando antes si caía las fibras se engrosaban

Demasiado es el acero que lo recubre,
demasiados los cortes;
y por eso me doblo como las páginas que se pasan con urgencia.
Y aún dentro de tu corazón me pregunto si hay hueso o hay callo,
pero chocas contra el suelo y el sonido se me eriza en la nuca.

Te llamaría sonámbulo entre los pedazos de algún desastre.
Un caminante que pone picas donde había corazones.
Y sé que lo que más querías de mi corazón era ser pluma,
Sonreír como la sonrisa inconsciente de sí misma, irrefrenable.

Al igual que una condena que se comparte me arrojaste el tuyo
Si mis manos lo arropaban hasta teñirse del frío azul,
Tú ocupabas las tuyas en hacer malabares con el mío.
Se te caía, pero algo quedaba para poder seguir jugando.

No es el amor en sí, sino sus letras que no quieren unirse.
“A morir” es donde se encuentran en las lenguas romances.
Y yo que quizás aún pueda escribir sin torcer las líneas…
dibujé la sonrisa en un adiós sin que mis manos se doblaran.

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