Cuando caigo

Cuando caigo elevas tu mirada.
Ahí arriba, en lo alto y en movimiento
Me pregunto qué de mí se fue volando
Que despegó el brazo de tu cuerpo.

Quizá culpaste al viento de mi despedida o
A la mano que lo azora con simples caricias,
Esas que posee el tiempo en sus cenizas
Y lo inciden a seguir en nuestras voces.

Calla y mírame aquí abajo, donde no estoy,
Donde no me hallo, donde yo ya no soy
Sino el eco de una sombra con plumas
Que se dirigió al suelo en carne propia.

Y si las partes de mí siguen en división,
En constante multiplicación que me aparta
De todo para con la nada, encuéntrame
Y roba el pedacito que soy, ese que volaba.

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