La orilla del silencio.
Lamento que inventáramos conversaciones con monólogos.
Veintiuno, Seis, Veintitrés.
a no ver si no es con un velo en los ojos.
Presencia en la ronda de noche
Vete, así en tanto apareces regresa a tu pincelada,
a la anterior dimensión de la palabra desconocida.
Oda a La Noche
Navega el cielo al mar cuando es de día
y vuela el mar al firmamento cuando eres noche.
Susurros de un paisaje prestado
Vine con una espiga en el pecho enredada.
El transeúnte
Ahí va el camino suntuoso. Se despliega entre las hierbas y nace con la diferencia de que muere en el horizonte, nunca en el mar. Más austero que un río, sedimenta las piedras con la arena
Líneas cortadas
Las líneas van a parar a un punto desprovisto de ojos.
Tampoco es el infinito, se juntan en vértices de pestañas.
Se vuelcan las lágrimas salpicando al colibrí del pozo.
Acontece una lluvia que solo suena envuelta en sueño.
A paso trémulo
Allá donde el recuerdo es mezcolanza de siluetas
y los jarrones reconstruyen perfiles de personas.
Cara a cara queda el espacio de nuestras manos
Si fuese todo infinita luz… interminable sombra...